sábado, 14 de septiembre de 2013

Los 6 yogas de Naropa




Aunque la práctica del fuego interno sea el origen del famoso texto de NAROPA “Los Seis Yogas de Naropa”, no debemos pensar que fueron creación suya. Al contrario, como en el caso de todas las enseñanzas autenticas del tantra budhista, derivan del propio Buda histórico que vivió hace 2500 años, pero incluso el propio Dalai Lama, ha hecho algunas matizaciones al respecto afirmando:
“no debemos dar por sentado que todas las enseñanzas del tantra fueron propagadas por el Buda durante su vida histórica. En mi opinión, las enseñanzas del tantra podrían haber surgido, asimismo, a través de la visión profunda y extraordinaria de individuos con elevados logros espirituales, que fueron capaces de explorar en toda su magnitud los elementos físicos y el potencial en el interior del cuerpo y de la mente del ser humano.”
Tanto Naropa como Ye Tsongkapa se encuentra entre esos individuos con elevados logros espirituales. La forma en la que el Buddha se presenta en las enseñanzas avanzadas del tantra es la de Vajradhara- el sostenedor del cetro diamantino- también conocido como el Buddha de los Tantras. Las bendiciones, instrucciones y logros espirituales de estas enseñanzas tártricas llegan hasta nuestros días a través de dos tipos de linaje: el lejano y el cercano.
El primer linaje consiste en las relaciones consecutivas de Gurú discípulo que unen una generación con la siguiente: el discípulo realizado de un maestro se convierte en mentor de sus propios discípulos. En términos de las enseñanzas tártricas que nos afecta el linaje viene del propio Buddha, pasando por mahashidi indios tan famosos como Saraha, Nagaryuna, Ghantapa y Tilopa.
Con respecto al linaje cercano, sucede del modo más inmediato. Naropa, fue capaz de establecer comunicación con su gurú humano Tilopa y con el propio Buddha Vajradhara, mediante forma de deidades tántricas de meditación como Hevajra, Heruka o Vajra Yoguini. Respeto a YSK, no solo fue heredero del linaje de maestros indios nepalíes y tibetanos que se sucedieron durante los cuatrocientos años que le separan de Naropa, sino que recibió inspiración de Manyusri, su deidad de meditativas.
Así pues la práctica de los Seis Yogas de Naropa, incluye la práctica del fuego interno como tema principal, no son invenciones de lamas tibetanos o yoguis indios, sino que se encuentran enraizadas en logros de seres iluminados y han sido transmitidas hasta nuestros días en un linaje ininterrumpido de practicantes realizados.
La práctica de Luna regula el cuerpo y sus funciones naturales energéticas, con visualizaciones sobre el divino Buda Vajrayogini, bendice el cuerpo y la mente y transforma la mente y el corazón en un puro estado de Buda.
En una clase básica hay seis ejercicios básicos y 39 secundarios; se practican los seis niveles de ejercicios básicos y se introduce en la restauración de las funciones energéticas de los vientos interiores, los cinco vientos principales y los cuatro chakras.
Los beneficios de la práctica del Yoga Tibetano son los siguientes:
 
1. Prolonga la vida
2. Limpia los canales y los chakras
3. Previene desordenes psíquicos y energéticos
4. Cura los diferentes desordenes psíquicos mediante ejercicios
5. Potencia el despertar de la mente
6. Mejora la memoria
7. Proporciona una experiencia espiritual
 
MARPA LOTSAWA (1012), fue uno de los grandes maestros del Tíbet, viajo a la India en diferentes ocasiones y recibió muchas enseñanzas Budhistas:
sutras y tantras, así como prácticas secretas del gran maestro Indio NAROPA, y otros. Tuvo la iniciación directa de los SEIS YOGAS DHARMA del propio Naropa, volvió al Tíbet y las introdujo. Tradujo así mismo numerosos sutras, tantras y textos médicos, e introdujo la nueva tradición de Yoga Tártrico en el Tíbet, plantando fuertes raíces den las tradiciones Kagyupa y Gelukpa. Su aportación más interesante es la unión de la meditación del Tantra Yoga de Naropa junto a la meditación tibetana.
Los seis yogas son:
 
1. Tummo, yoga físico del calor interno
2. Gyuma, yoga del cuerpo ilusorio
3. Odsal, yoga de la clara luz
4. Phowa, yoga de la transferencia de conciencia
5. Nyilam, yoga de los sueños
6. Bardo, yoga de los estados intermedios
  Marpa, aprendió de Naropa los 6 Yogas Dharmas y los enseño a sus discípulos: Milarepa, Tsurton, Ngogpa. Fue el fundador por tanto de la tradición Yogica Meditativa del Tíbet, y gran maestro iluminado que inspiro el corazón puro de Milarepa. Desde entonces hasta ahora hay gran número de practicantes secretos de Yoga, especialmente todos aquellos que desean transmutar una mente burda en un puro estado de despertar búdico.
Generalmente todos los Yoguis son gente muy seria sean monjes, monjas y laicos que practiquen Yoga tibetano. Ha sido muy poco introducido en el ámbito público y siempre debe de estar seguido el trabajo por un Gran Maestro o por un Laico ordenado como maestro de Yoga. La razón es simple, este no es un simple yoga de ejercicios físicos sino un método de transformación de vida, hacia la generación de cuerpos de luz y estados de claridad mental superiores. 
Muchos Yoguis están ayudando a diferente pacientes que sufren desordenes mentales con técnicas y métodos yoguicos. Hay cientos de técnicas para ayudar a pacificar la mente, eliminar los estados negativos, y recuperar las funciones óptimas del cuerpo. El Yoga  Tibetano dice que la mente y energía fluye en canales, que son
esenciales para la vida, y que corresponden con el sistema solar y las rotaciones lunares. Respirar es la fórmula más básica, devuelve la conexión entre la energía universal y la respiración sencilla. Prolonga la vida y da la posibilidad de salud. Rejuvenece la mente y el cuerpo, previene la enfermedad y la angustia vital. Te ofrece la experiencia innata de la mente, liberándote del Samara. El Yogui Tibetano cruza el río de la experiencia dualística con el fuego del Tummo, puede volar como su fuese un águila en el cielo del samsara. El Yoga tibetano es una práctica muy personal, cuyo principal objetivo es desarrollar el espíritu, favorecer la liberación interior de las fuerzas negativas del samsara.
En el Yoga Tibetano, es muy importante conocer cuáles son nuestros obstáculos interiores, cuales nuestras virtudes y descubrir nuestro potencial oculto. Este conocimiento nos ofrece un entendimiento profundo del cuerpo Vajra y como iluminar nuestra mente iluminando la ilusión del cuerpo. Durante la práctica nos visualizamos como el Buda Vajrayoguini, y en la práctica se hace despliegue de mándala.
El cuerpo humano está hecho de cinco componentes:
 
1. Tsa: canales o chakras
2. Rlung: los vientos
3. Drod: calor físico
4. Thikle: la esencia
5. Sem: mente
 
Los cinco componentes están generalmente en estado de energía o quintaesencia circulando por nuestros canales del cuerpo, minuto a minuto, segundo a segundo, con el poder de todo el componente del viento interior y exterior. Cada componente tiene la potencialidad de soportar la mente y la conciencia mental para mantener el mándala de salud de todo el sistema. El Yoga Tibetano dice que los canales son como una casa
y los vientos y la mente son como los habitantes. Dice que el viento es el vehículo de la mente y también su tesoro. La temperatura es el poder que sostiene el calor interno. La circulación de estas energías no se para en los ciclos de nacimientos o muerte. Simplemente se van transformando, fortaleciendo o debilitando.