lunes, 25 de marzo de 2013

Desarrollar la auto observación en la práctica del yoga. ¿Cómo hacerlo?



Los días que no asistes a la práctica de Yoga con un profesor guía, puedes seguir desarrollando la auto-observación en casa, con estos sencillos pero muy efectivos ejercicios.

-Deja a tu cuerpo instalarse en una postura relajada y tranquila. Si estás sentado, trata de mantener la espalda y el cuello en posición vertical. También puedes tumbarte cómodamente sobre tu espalda pero despierto y presente. Deja que tus ojos se cierran suavemente.
-Por unos momentos se consciente de todo tu cuerpo. Consciente de las áreas de rigidez o tensión. Mueve tu atención lentamente a lo largo de la cara, la mandíbula, los hombros y las manos, las piernas y los pies, eso te permitirá suavizar y relajar todo el cuerpo.
- Mentalmente observa todos los lugares de contacto de tu cuerpo en el suelo, el cojín o la silla, sintiendo el calor o la presión sutil de los puntos de apoyo.
-Amplía tu atención, tomando conciencia de todo tu cuerpo descansando con tanta facilidad como te sea posible. Siente el contacto del aire sobre la piel y el tacto de la ropa en tu cuerpo. Incluye un conteo de los latidos de tu corazón, o si prefieres puedes contar algunas inhalaciones, el conteo te ayudara a estar concentrado en el aquí y el ahora. También puedes observar las sensaciones  que suceden en tu cuerpo: hormigueo, calor, frío, movimiento, etc.
-Dentro de las diferentes experiencias, nota qué sensaciones son más predominantes, qué área de tu cuerpo se destaca a través de la intensidad de la sensación. Concéntrate tanto como sea posible en esa área del cuerpo, la localización de las molestias relacionadas con tu atención, como si estuvieras trazando los bordes de un mapa. Conecta de manera muy directa con esas sensaciones. Trata de mantenerte estrechamente relacionado con esas experiencias en tu cuerpo.
Deja descansar la atención en esas áreas durante unos instantes, observando las sensaciones que son agradables o neutras. Nota las sensaciones en tus manos, las plantas de los pies, todas las partes de tu cuerpo que no están en el mapa del dolor.
Lleva tu atención de nuevo al mapa y centrate de manera muy directa en las  sensaciones que son más agudas. Observa que puede haber puntos de intensidad rodeado por zonas de tensión o incomodidad.
Mueve tu atención al centro del dolor, ya sea penetrante, fuerte, doloroso o lacerante, entonces observa. Si  notas que estas tenso, o con miedo, mueve tu atención a otra parte de tu cuerpo que este fuera del mapa de dolor. Descansa y enfoca tu atención allí una vez más en la zona del dolor. 
Puede haber varios puntos de dolor. Mueve con cuidado la atención de uno a otro, investiga con tranquilidad cada uno de ellos. Ten en cuenta los cambios que pueden estar sucediendo dentro de esos puntos de incomodidad, por ejemplo sensaciones cambiantes de textura o temperatura. No te desesperes con la exploración, no seas exigente queriendo que el dolor desaparezca, intenta observar.
Cada vez que tu atención se vuelve rígida o sientas aversión a medida que te centras en las áreas de la sensación dolorosa, es una pista para irte fuera del mapa del dolor, una vez más debes centrarte en un área de tu cuerpo, que este relajada y tranquila.  Así es como aprendes a relacionarte con el dolor, explorarlo, ver las cosas como son.
Termina tu observación volviendo una vez más a la conciencia de todo tu cuerpo, alerta a todo el espectro de sensaciones que lo componen.
Entonces haces 3 respiraciones profundas y poco a poco ve abriendo los ojos para terminar con el ejercicio.