La palabra yoga deriva de la palabra yug, unir en sánscrito. Existen diferentes formas de yoga, pero el fin es común, es un camino para desarrollar capacidades natas de las personas y también está visto como una unión mayor, de la consciencia individual con una consciencia universal. Por eso se habla de florecer, de iluminar y de unir. Lo que llamamos HATHA (HA-sol, THA-luna) yoga, es una de las ramas activas del yoga.
Trabajamos directamente con el cuerpo físico, con la voluntad y utilizamos una antigua filosofía nombrada ASTHANGA yoga, que contiene diferentes etapas, organizadas hace siglos, por un sabio llamado Patanjali.
Actualmente el yoga es un medio hacia el bienestar, el autoconocimiento y superación de límites.
Las posturas llamadas ASANAS permiten mayor flexibilidad, activación de las energías, aprender a respirar a relajarse y muchos beneficios a nivel neuronal y endocrino.
El Hatha yoga es el más recomendado por médicos ya que es una herramienta para recuperación y corrección para nuestros desequilibrios.
La experiencia del yoga es individual, no competitiva y será tan profunda como lo necesitemos, es una actividad renovable como la vida misma, y por eso se recomienda hacerlo como mínimo dos veces a la semana.
La necesidad de un guía es indispensable si queremos ver resultados y evitar riesgos, ya que se trata de un proceso de purificación y estímulo en quietud.
Se puede hacer yoga en todas las edades de la vida, desde los 8 años con algunas variantes sin distinción de sexo y/o cultura.